2.3 Algunos referentes conceptuales del enfoque educativo intercultural
Con el objetivo de contar con otros elementos que apoyen su punto de vista respecto de la educación en y para la diversidad, se propone la lectura de los textos que se ofrecen en el Anexo 1 de este documento. Para ello, organícense en tres equipos y concentren su atención en el texto que les corresponda: Equipo 1: “Cultura: identidad y lengua”.
Equipo 2: Los textos “Multiculturalidad” e “Interculturalidad”.
Equipo 3: Los textos “Educación intercultural” y “Orientaciones generales para la educación intercultural”.
Recuerden que el análisis, la comprensión y las conclusiones que se construyan a partir de los textos serán compartidos con el colectivo, por lo que cada equipo deberá elegir la manera que considere más conveniente para su exposición.
Cada equipo expondrá su trabajo.
Hemos podido notar que el concepto de cultura es un elemento fundamental en la implementación del enfoque de la educación intercultural. Para profundizar en el análisis al respecto, formen nuevos equipos y procedan a compartir y discutir sus ideas; luego realicen el siguiente esquema basándose tanto en lo analizado a partir de los textos como en sus propios saberes. Recuerden registrar sus conclusiones en su cuaderno de notas.
A partir de lo que se trabajó en esta sesión, elaboren, de manera individual, dos tarjetas en donde consignen los problemas y temas que, desde su punto de vista, debieran abordarse en la ruta estratégica de formación continua del centro educativo. Se recomienda que revisen el ejemplo de planeación didáctica con enfoque intercultural que se presenta en el Anexo 3 de este documento.
A manera de cierre, que uno de los miembros del colectivo lea en voz alta el siguiente texto:
El reto de la multiculturalidad en educación Pasar de la mera coexistencia entre culturas distintas, a un país en el que se relacionen entre ellas de igual a igual, con respeto y tolerancia, y se valoren las diferencias es, en gran parte, un reto educativo.
A la educación le corresponde, de manera fundamental, contribuir a que termine toda forma de racismo y discriminación. Podrá hacerlo mediante procedimientos respetuosos de formación en valores, en los que los alumnos vayan construyendo sus propios códigos de ética, a lo largo de su trayectoria escolar, apoyados por el conocimiento de los valores universales y desarrollando su capacidad de reflexión y diálogo; así los alumnos deberán llegar a convencerse, entre otras cosas, de que cada persona y por extensión, cada cultura, por el sólo hecho de existir, merece respeto.
A la educación corresponde fortalecer el conocimiento y el orgullo de la cultura a la que se pertenece, para poder entablar relaciones interculturales que tengan posibilidades de simetría; le compete enseñar la lengua propia, la que permite nombrar el mundo y fortalecer su cultura, así como enseñar y enriquecer el lenguaje que nos permite comunicarnos como mexicanos; le toca hacer que conozcamos y valoremos los aportes culturales de los pueblos que comparten nuestro territorio; le atañe lograr que los integrantes de diversas culturas convivan de manera respetuosa y mutuamente enriquecedora; le corresponde, por último, desarrollar una conciencia ciudadana que se preocupe por la injusticia, y ofrecer herramientas para combatirla en la vida cotidiana.
El sistema educativo deberá lograr esos objetivos en toda su población: indígena y no indígena, así como infantil, juvenil y adulta, tanto en las modalidades educativas tradicionales, como a través de los medios masivos de comunicación y en otros espacios educativos.
Es necesario hacer frente al reto de constituirnos como país pluriétnico, multicultural, en un contexto democrático, en que no sólo respetemos, sino valoremos nuestra diversidad, afirmando al mismo tiempo nuestra identidad como país, alcanzando consensos en torno a una política lingüística que, a la vez, valore y atienda las necesidades de comunicación propias de las diferentes culturas.
sep, Programa Nacional de Educación 2001-2006. México: sep, 2001, pp. 33-34.
Entonces, la atención a la diversidad sociocultural y lingüística responde a un derecho fundamental de cada uno de los niños que viven en México. Por tanto, se torna obligación del Estado y de su Sistema Educativo, el ofrecer una educación que impulse el conocimiento, reconocimiento y valoración de los diferentes aportes culturales que confluyen en nuestro territorio.