XIII

EL MUNDO

NO TE entregues al mundo,
a la distracción, las ilusiones.
No rompas la ley de la armonía,
no te entregues al mal.

Levántate y observa: ¡practica!
Sigue tu camino con alegría
en este mundo y en los demás.

Sigue el camino de los virtuosos,
sigue el camino alegremente
en este mundo, ¡y más allá!

Ve el mundo como es:
una burbuja de jabón, un espejismo...
Nada puede el rey de la muerte
ante esta visión.

Ven y mira este mundo,
mira esta carreta dorada,
esta trampa para necios
que no toca al sabio.

Como la luna que emerge
detrás de las nubes y brilla,
así emerge aquel hombre
que ha disipado su ignorancia.

Así surge de las nubes
aquel que se decide
a trascender el daño
haciendo el bien.

Este mundo es la tiniebla
donde pocos pueden ver.
Unos cuantos pájaros escapan
de la red y van al cielo.

Los cisnes se elevan hacia el sol,
¡qué maravilla! Así vuelan los sabios
que han vencido a la noche de la ilusión.

Si te burlas del otro mundo
y rompes la ley cada vez que quieres,
si dices mentira tras mentira,
¿qué maldades no podrás hacer?

El necio se burla de la generosidad.
El miserable no entrará al cielo.
Pero el maestro goza dando:
la felicidad es su recompensa
aquí y en el otro mundo.

Mejor que los placeres de la tierra,
mejor que llegar a los cielos,
mejor que el dominio del mundo,
es el primer paso en el camino
que conduce hacia la liberación.

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