NO DEJES que el placer te distraiga
del camino, de la meditación.
Libérate del placer y del dolor.
Sólo hay penas en el placer logrado
y dolor en lo que no se quiere.
Perder lo que uno quiere
es causa de dolor, por eso,
cuida bien los sentidos.
Sólo es libre aquel que ve más allá
de la ganancia y de la pérdida.
Del apego y del cariño brota el dolor.
Del deseo y del placer surge el miedo.
No existe dolor
para el que está libre del cariño y el apego.
Menos aún existe el miedo
para el que está libre del deseo y el placer.
Aquel que deja de querer,
gustar, desear, codiciar, envidiar,
está libre del dolor y del miedo.
Aquel que es puro y ve,
aquel que dice la verdad y la vive,
ése cumple con su propia labor.
Por eso es amado y admirado.
Con la mente decidida
y un corazón libre de deseos,
va en busca de la libertad.
Por eso se le llama:
"el que va a contracorriente".
Con cuánta alegría reciben
la familia y los amigos
al viajero que vuelve con bien
después de un largo viaje...
Así tus buenas obras te recibirán
como amigos, ¡y con qué alegría!
cuando pases de esta vida a la otra.
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