El concepto de la psicología


LA PSICOLOGÍA COMO CIENCIA DE LA CONDUCTA

Desde hace mucho tiempo se ha considerado a la psicología como la ciencia que estudia los fenómenos que acontecen en el interior del individuo, es decir, en la intimidad de la conciencia. Este criterio cierto, sin embargo no basta, y en la actualidad es sustituido por otro. El individuo está sujeto a la influencia del medio al que tiene que adaptarse. Así, por ejemplo, el aumento de la temperatura en un clima cálido acelera los fenómenos fisiológicos tales como la circulación y la respiración. El corazón late mayor número de veces y los cambios respiratorios se intensifican. El hombre, en vista de ello, ajusta su modo de ser según las circunstancias y procura suavizar la acción externa: construye sus habitaciones apropiadas para el caso, dispone sus vestidos y norma su alimentación. Todo esto origina una conducta que es el punto de partida de una serie de conductas derivadas. Los seres al obrar no solamente lo hacen con una finalidad externa, sino también interna, y en esto hay que diferenciar lo fisiológico de lo psicológico; lo corporal de lo mental.

La psicología es la ciencia de la conducta humana, o sea de las acciones. Ya Bergson ha señalado el asunto cuando ha llamado la atención en la transformación de las percepciones en acciones. Esto no solamente interesa al psicólogo, sino también al médico que, como veremos muy pronto, tiene que apreciar los diferentes grados que presenta la conducta humana. En efecto, la conducta tiene diferentes grados como la creencia.


LA PSICOLOGÍA Y SUS RELACIONES CON EL PRAGMATISMO

Toda creencia es una promesa de acción, como lo indican los estudios pragmáticos que han hecho una revolución en la esfera de la inteligencia. James, en América, es el filósofo de la acción; pero por desgracia abandona el pragmatismo cuando funda, como Lange, la teoría de las emociones en condiciones fisiológicas.

En buena hora que en Francia el profesor Dumas nos hable de las modificaciones de la circulación y de la respiración en la tristeza; y que también el doctor Gley se refiera a las secreciones internas del hígado y de las otras glándulas en sus estudios de endocrinología; pero es de desear que los fisiólogos queden en su terreno sin extralimitarse y que nos dejen a los psicólogos en el nuestro.1


NEGACIÓN DE LA TESIS PARALELISTA

El paralelismo de los sentimientos y de las alteraciones viscerales ya no se acepta hoy. Aun cuando la psicología con el nuevo criterio a que nos referimos ha obtenido una conquista, es ciencia que comienza en el nuevo derrotero, desprendida ya de las preocupaciones y de las ligas con otros conocimientos que como trabas le impedían formarse a sí misma.


HISTORIA DE MAGDALENA

Como primera prueba del naciente derrotero de la psicología en el sentido anteriormente señalado, cabe considerar la historia de una persona cuyo padecimiento (se trata de una enferma), viene a aclarar muchas dudas. Corresponde a una de las 5000 mujeres con trastornos nerviosos y mentales asiladas en la Salpêtrière. La llamaremos Magdalena. Fue una antigua bailarina de la ópera que a toda costa quería ocultar su oficio. Con este motivo andaba mal, o mejor dicho la marcha se presentaba irregular y vacilante, como oscilan en lo alto los gallos de las veletas en las torres o en los campanarios de las iglesias. El mal comenzó en una noche de Noel y fue acentuándose más y más; se diagnosticó una siringomielia.

El caso es por demás interesante y hay que remontarse a sus orígenes. Magdalena pertenece a una familia rica y rodeada de todo género de comodidades. La tímida Magdalena comenzó a los 12 años de edad a tener escrúpulos y a espantarse del lujo que tenía en su derredor y que, según ella, no se lo merecía. Le asustaba el "confort"; quería ser la más pobre entre las pobres y de ahí la fuga, que primero se presentó en su espíritu como proyecto y que después realizó huyendo de la familia. Desapareció y la policía se puso en acción para encontrarla. Llevó una vida accidentada y estuvo en San Lázaro entre las mujeres perdidas. A los 40 años la policía misma la llevó a la Salpêtrière donde se tuvo conocimiento de ella, pensando al curarla devolverla a su familia. A la mujer considerada se le dieron múltiples diagnósticos, pero en la evolución de su mal pueden considerarse cuatro fases:


a) La sucesión de estados morbosos

1. Estado de tentación; 2. estado de sequedad; 3. estado de tortura, y 4. estado de consuelo.
Pasemos revista a cada uno de dichos estados.

En el primer estado, de tentación, hay una gran cantidad de escrúpulos, de dudas, de obsesiones y de problemas interminables. En esta vida de caleidoscopio hay una idea religiosa dominante. Piensa emprender un viaje a Roma, porque la virgen ha subido al cielo y esta noticia quiere revelarla al Papa. Los ángeles la ayudan para cumplir su misión, que no tiene otro objeto sino defender los intereses de la Iglesia. Pero para hacerlo necesita emprender el éxodo y llegar sobre las puntas de los pies. Estos, se afirma que suben 10 centímetros del suelo (?) pero ¡no importa!... hay que ir a Roma.
En el segundo estado, o sea de sequedad, hay la ausencia de sentimientos traducida en un negativismo marcado. Constantemente está diciendo: "no sé rezar"; "Dios no me escucha"; "Dios no me ama", etc. Este aspecto cede el lugar al tercero, o de tortura, en donde afirma que está en el infierno sufriendo innumerables tormentos físicos y morales. "He pasado —dice— toda una noche suspendida de las vigas de mi pieza. Profetizo todos los males. El comercio de París es de carne humana y parece como si por él hubieran pasado los cuatro jinetes del Apocalipsis."

En tal convicción de suplicios, Magdalena es mentirosa por definición. Piensa entonces en el odio de Dios y su delirio se transforma en delirio de persecución, que presenta los mismos caracteres que aparecen en los fenómenos sociales, o sea con sus dos aspectos, a saber: el odio de uno para con los demás y el odio de los demás para con uno. Es decir, el odio es recíproco: del sujeto que lo experimenta para con todos a quienes se tiene y de estos últimos para con el primero.
A la tercera etapa señalada o de agitación sucede el último periodo de consuelo, cuando el sentimiento religioso la salva y así como hubo la profunda tristeza durante su enfermedad, tristeza mezclada con múltiples inquietudes, ahora lleva la alegría junto con la salud. Son dos curvas que se suceden la, una a la otra.


b) Los sentimientos referentes
a cada periodo patológico

Reflexionando acerca de los cuatro estados o periodos en la vida de Magdalena, resulta que hay un problema correspondiente a cada ciclo y, por lo tanto, en total, cuatro problemas, a cada uno de los cuales se refieren cuatro sentimientos fundamentales, respectivamente:

1.Inquietud,
2.indiferencia,
3.tristeza, y
4.alegría.

LAS LIGAS SOCIALES

Cada uno de estos sentimientos se realiza dentro de la sociedad misma que obra sobre nosotros y nos ofrece diferentes matices de interés: simpatía, antipatía, odio y amor; cada uno de cuyos estados, a su vez, es capaz de originar enfermedades mentales, nada más que en su provocación es muy común que no exista simplicidad sino, por el contrario, combinaciones y complejidad grandes, en las que el psicólogo y el psiquiatra tienen que hacer el análisis, como lo iremos efectuando en cada uno de los asuntos que vayamos tocando en el desarrollo de nuestro estudio.

Hay la inquietud de la alegría aislada, así como hay la inquietud que se transforma en odio cuando se 1e mezclan ciertas ideas y se acompaña de angustia. Un hombre en quien no se puede pensar sin que venga a la vez la intranquilidad, se le odia; así como a una mujer en quien no se medita sin que aparezca el arrobamiento, se le ama, pero siempre, en el último caso, con el interés de su afecto y con la duda e inquietud de su correspondencia.

La simpatía y la antipatía no se pueden concebir sino socialmente y, a su vez, son la fuente o el punto de partida de incontables estados de conciencia. Sin embargo, estos ímpetus de aproximación o de alejamiento que ellas forman, desaparecen en el estado psíquico especial que hemos llamado de "sequedad",* origen de trastornos patológicos serios a los que vamos a pasar revista.



1 En 1925 la psicofisiología permanecía en el terreno de la entelequia de la misma manera que la pretensión freudiana de una "psicología científica". Además, se encontraba en su apogeo la influencia de Bergson y su posición contra la "metafísica fisiológica".

* El término no corrió con fortuna y no permanece en el léxico clínico. Hace alusión a un estado de retraimiento o aplanamiento emocional, de autismo, que podría corresponder a la "atimhormia" de Dide y Guiraud. Janet, al adoptar el término de "sequedad", se inscribe dentro de la tradición de Galeno para quien "lo seco es más abundante en la bilis negra (melancolos).