UN RIMADOR obscuro
que no proyecta sombra,
un poeta maduro
a quien ya nadie nombra,
hizo este libro, amada,
para vaciar en �l
como turbia oleada
de l�grimas y hiel.
Humilde florilegio,
pobre ramo de rimas,
su solo privilegio
es que acaso lo animas
t�, con tu santo soplo
de amor y de ternura,
desde el astro en que est�s.
�Un dolor infinito
labr� en �l con su escoplo
tu divina escultura,
como un recio granito,
para siempre jam�s!
23
de mayo de 1912 |