POR diez a�os su di�fana existencia fue m�a.
Diez a�os en mi mano su mano se apoy�,
�y en s�lo unos instantes se me puso tan fr�a,
que por siempre mis besos congel�!
�Adonde ir�is ahora, pobre nidada loca
de mis hu�rfanos besos, si sus labios est�n
cerrados, si hay un sello glacial sobre su boca,
si su frente divina se hel� bajo su toca,
si sus ojos ya nunca se abrir�n!
14
de agosto de 1912 |