TAL vez ya no le importa mi gemido
en el indiferente ed�n callado
en que el esp�ritu desencarnado
vive como dormido...
Tal vez ni sabe ya c�mo he llorado
ni c�mo he padecido.
En profundo quietismo,
su alma, que antes me amara de tal modo,
se desliza glacial por ese abismo
del eterno mutismo,
olvidada de s�, de m�, de todo...
30
de septiembre de 1912 |