BIEN ves, si me est�s mirando,
que desde que te perd�,
mi vida se va pasando
piadosamente pensando
en ti;
que inc�lume, sin desgaste,
�oh Ideal!, has de vivir
en el alma en que anidaste,
y que lo que edificaste
ni Dios lo querr� destruir.
2
de febrero de 1914 |