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Qué importancia tiene la escuela secundaria para los adolescentes
En la sesión anterior reconocimos algunos de los rasgos que caracterizan a nuestros alumnos y alumnas, e identificamos algunas de las situaciones que viven los adolescentes. En ésta, reflexionaremos en el significado y la importancia que tiene para los estudiantes asistir a la escuela telesecundaria y, para nosotros, ser maestros o maestras de adolescentes.
Para comenzar, compartan otra lectura en voz alta: elijan a un compañero o compañera del colectivo para que lea el texto “Atardecer de invierno” (anexo 2). Comenten en plenaria el contenido de la lectura. Y de manera individual, escriban en sus cuadernos un párrafo en donde expresen lo que les haya dejado la lectura.
Realicen una lectura comentada del siguiente texto. A medida que algunos compañeros o compañeras lean, el resto del colectivo subrayará las ideas relacionadas con el tema que se ha estado abordando. Interrumpan la lectura tantas veces como sea necesario para hacer los comentarios que consideren pertinentes.
Enrique Enrique era, a decir de casi todos, una de las inteligencias más brillantes del 3º A, además de sociable y atento. Varios maestros lo calificaban como “muy listo”, pero también decían que podía ser destructivamente inquieto. La maestra Garfias señalaba su tendencia a buscar solaz y apoyo entre sus compañeros (“Busca el apoyo aquí, en la escuela, [el] que no tiene en su casa”), mientras que el profesor Cantú pensaba que debería irle mejor en la escuela (“No aprovecha ni encauza su inteligencia; no se fija en los detalles y por eso no saca su diez”). Con sus amigos del grupo podía ser tan escandaloso como cualquier otro alumno de secundaria, “echando relajo” y jugando apasionados partidos de fútbol en la cancha. Sin embargo, en otros contextos mostraba una inteligencia refinada y una ternura notable. Durante una conversación con sus padres, vi que Enrique limpió a su hermana de tres años que se había ensuciado comiendo mango, le cambió la ropa y comenzó a jugar con ella.
Enrique había recorrido un largo camino desde su medio rural. Era el mayor de los que a la larga serían siete hijos, había pasado sus primeros años en un pequeño caserío a unos treinta kilómetros de San Pablo. Ya entonces su padre pasaba gran parte del tiempo fuera de la casa, pues vivía y trabajaba como cortador de madera en una ciudad grande a dos horas de allí. Su madre administraba una minúscula tienda y vigilaba las tierras que rentaban. Enrique había cursado su primer año de primaria en una escuela de una sola habitación, pero cuando la familia de su madrina se mudó a San Pablo, él se fue con ellos. Durante cerca de dos años asistió a la primaria de San Pablo y vivió con esta otra familia hasta que sus padres se mudaron a San Pablo para “cuidar” una casa. El padre de Enrique encontró trabajo en el aserradero local y, con el tiempo, ganó el dinero suficiente para comprar un pequeño terreno con una casa de dos cuartos. Poco tiempo después, se fue a trabajar a Estados Unidos, de donde regresó una o dos veces y se dedicó a repartir refrescos a las tiendas o a conducir un autobús en San Pablo.
A pesar de su evidente inteligencia y de sus buenas calificaciones, Enrique dudaba acerca de seguir estudiando. En 1991, pude platicar con sus padres durante una de las extensas visitas del padre al hogar. En un insólito cambio de roles sexuales, el padre insistía en que Enrique continuara con la prepa, mientras que la mamá pensaba que tal vez debería dejar la escuela y ponerse a trabajar. Veía los muchos ejemplos de egresados del cbtis o de la preparatoria que seguían repartiendo Pepsi en San Pablo, por lo que dudaba del valor de continuar estudiando. ¿Por qué debían sacrificarse ella, su esposo y sus hijos pequeños por una dudosa inversión educativa? Además, quería que él se quedara en la región, y sabía que una carrera profesional probablemente lo alejaría.
Aparentemente Enrique se dejaba influir más por su madre. Después de todo, su padre no estaba mucho en casa y, además, el muchacho ya había ganado algún dinero ayudando a su papá en el camión. Los padres me dijeron que Enrique había manifestado cierto interés en estudiar arquitectura o en incorporarse a la fuerza aérea, pero nunca lo escuché personalmente hablar de esos intereses. Hacia el final del año escolar, lo que más deseaba Enrique era incorporarse de inmediato al mundo laboral. Sin una clara aspiración por una carrera, éste parecía su destino.
Levinson, Bradley A. U. Todos somos iguales: cultura y aspiración estudiantil en una escuela secundaria mexicana. México: Santillana, 2002 (Reproducido en Aula xxi, 3), p. 159.
Organizados en equipos, y tras concluir la lectura, respondan las siguientes preguntas; enseguida registren en sus cuadernos las respuestas que surjan. Consideren que la escuela a la que asiste Enrique es una telesecundaria.
- ¿Qué significa para Enrique asistir a esta escuela?
- ¿Cuáles son sus intereses y expectativas?
- ¿De qué manera influye el contexto familiar y social en el significado que Enrique tiene de la escuela telesecundaria?
Analicen el siguiente cuadro; en él se muestran las aspiraciones de alumnos y alumnas de secundaria.
Nombre y grupo Edad Ubicación y calidad de hogar Desempeño promedio en la escuela Aspiraciones Vicente (3º C) 14 Colonia de clase trabajadora; casa muy modesta Promedio cercano al 7; una materia reprobada Trabajar en un taller de hojalatería o, tal vez, obtener un puesto burocráticoFidel (3º B) 14 Población mestiza; casa de hormigón muy pobre, sin tubería drenaje ni servicio de agua potable Entre 7 y 8; una materia reprobada ¿Abogado? Tallador en madera en el pueblo Rosita (3º C) 13 Colonia de clase trabajadora; casa amplia en construcción Cerca de 8 Periodista, psicóloga, trabajadora de la industria turística
- ¿Las expectativas de estos alumnos son semejantes a las de Enrique?
- ¿En qué son diferentes?
Registren sus respuestas en sus cuadernos de notas.
Lean los siguientes testimonios; en ellos se expresa la importancia que tiene, para algunos alumnos y alumnas, asistir a la escuela secundaria.
La importancia que tiene para mí es mucha, porque es un apoyo para superarme. Lo que no me gusta de la escuela es que los maestros son muy estrictos, como para el uniforme y corte de pelo; lo que me gusta de mi escuela es que los maestros enseñan muy bien y te saben orientar.
Alumno de 2° grado
Me gustaría que los maestros que nos toquen nos traten bien, porque vamos a tener como 10 materias y estamos acostumbrados a que nos dejen poca tarea y a estudiar una cosa, y no que en la “tele” nos van a dejar tarea de todas las clases y no sé como le voy hacer para los exámenes.
Alumna de 6° grado de primaria
A mí siempre me ha gustado estudiar la secundaria; para mí, hasta el momento se me ha hecho la más buena, ya que he aprendido mucho de mis maestros y compañeros. La secundaria es muy importante, ya que mi forma de pensar es que todo es bueno sabiéndole ver el lado positivo.
También lo que me gusta es que mis padres no me obligan a venir, sólo me dicen: “si quieres vas si no, no”. La secundaria y todos los niveles considero que me van a servir, ya que se aprenden cosas nuevas y sin duda ningún maestro es malo.
Algo que no me gusta de la escuela en la que estoy, es que los compañeros a veces ya no respetan a los maestros y yo me siento mal al ver ese tipo de actitudes, pues soy el jefe de grupo y no me hacen caso.
A mí me gustaría seguir estudiando y llegar a ser ingeniero en lo que sea, porque me gusta y además mis padres estarían orgullosos. Y no sólo lo haría por mis padres, sino por sentirme bien yo.
Alumno de 2° grado
Me gusta ir a la escuela porque tengo amigos, juego, veo la tele y algunas materias me gustan, como la de biología. Otras me caen mal, pero no importa hago los trabajos y ya…
Alumno de 3er grado de telesecundaria
En equipos, recuperen los intereses y expectativas que, desde el punto de vista de los adolescentes, tiene asistir a la escuela. Además, busquen destacar la importancia que éstos adjudican a la educación que se brinda en dicho nivel. Establezcan las similitudes y diferencias entre estos casos y los de los alumnos y alumnas de su escuela; para ello, utilicen los rasgos característicos que identificaron en las actividades 19 a 21 de la primera sesión.
En una hoja para rotafolio elaboren un cuadro como el siguiente; registren en él los resultados tanto de la última actividad como de las actividades anteriores.
Los adolescentes de mi escuela telesecundaria Sus rasgos característicos Sus intereses La importancia que tiene
la escuela telesecundaria para ellos
En plenaria, cada equipo compartirá su cuadro con el colectivo y escribirá en una hoja para rotafolio las conclusiones de todos los equipos, para conservarla como registro de los rasgos y características de los alumnos y las alumnas de su escuela telesecundaria.
Para concluir esta secuencia de actividades, confronten el contenido de este cuadro con su texto inicial, establezcan las semejanzas y diferencias entre su adolescencia y estas “adolescencias”, y enriquezcan su texto personal con lo que hayan aprendido a lo largo de la sesión.
Tiempo
estimado:
90
minutos